La Leishmaniasis
Ahora que llega el calor, y pronto, las vacaciones, vamos a
hablar de un problema que, cada vez
más, afecta a nuestras mascotas en nuestra geografía: la Leishmaniasis.
Se trata de una enfermedad
zoonótica causada por un protozoo
del género Leishmania y transmitido por una picadura de mosca del género Phlebotomus (jején). Puede producir, según su intensidad, desde
ulceras que cicatrizan espontáneamente, hasta inflamación severa del hígado y
el bazo. Al ser una afección parasitaria,
se da tanto en perros como en personas.

A diferencia de los mosquitos que estamos
acostumbrados a ver, el jején es mucho
más pequeño. No es nada fácil verlo y tampoco oírlo, porque no hace el
típico zumbido al volar. La picadura
del jején transmite la enfermedad sólo
si previamente había picado a otro animal ya
infectado. Los perros y otros animales no transmiten directamente la
enfermedad a las personas, a no ser que tengan un sistema inmunitario muy
débil. Pero aunque la persona esté sana existe
el riesgo de contagio si convive con
un perro enfermo. La leishmaniasis no
se puede curar, de momento. Sólo tratar los síntomas y mantenerla a raya, pero
para esto es importante diagnosticarla lo antes posible. El riesgo de
contraer Leishmaniasis se da principalmente en los países de la cuenca
Mediterranea y en América Latina y las épocas
de mayor riesgo son las de más calor.

Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
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